CAPITULO 13

Detrás del púlpito de intervenciones y ante una multitud que aguardaba con expectación en el salón de conferencias que hacía a la vez de comedor y sala de espectáculos, 'el Portugués tomó la palabra con ese solemne despliegue tan propio de políticos, oradores y demás trileros de la palabra.

Boas tardes, compañeiros, colaboradoires y miembros adlluntos. Eu meu nombre es António Calçada y quiero dar´sus la bienvenida a estas llornadas de “Promotoures deu Cambio”. Como tous saben, os resultados ouperativos y volumen de negoçio sitúan a Campsared como líder deu seu segmento moito por delante d´outras coumpañías de la coumpetençia. La situaçión deu mercado actual nos oubliga dentro de la globalisaçión no sólo a mantener esa cuota sino a aumentarla moito por ençima deus indicadoires que maneja el Downstream. Pensau una cousa, tan sólo una cousa: Tous os días visitan nostras estaçiones 300.000 clientes, si lougramos vender a cada cliente una coca coula, facturaremos 300.000 coca coulas, esto no es brouma, la matemática es aisí de simple, y touto lo demás son sandeçes. El oubjetivo fundaumental de touto negoçio coumpetitivo es la sua expansión y creiçimiento y por tanto, conçecuentes d´este desafío, toutos traballamos desde el Downstream por la revalorisaçión deu´la nostra eumpresa. Pero el verdadeiro motor d´esta coumpañía, el mayor tesouro, sous vosoutros, os expendedoires. Tous vosoutros sous os verdadeiros “Promotoures deu Cambio”, y ous pido que trasmitais a voustros compañeiros la nova filosofía d´esta eumpresa. Heumos coumençado con moito éxito las 5 K´s, y esto no es más qu´el coumienço. Confío en tous vosoutros para qu´el “Cambio”, eu verdadeiro “Cambio”, sea una realitat a courto plaço y advierto que quien no coumparta la nova filosofía teundrá que baillarse forçosamente deu tren”.

Los aplausos cerraron el discurso de un modo tan acalorado y ferviente, que se temía que más de uno se dislocase los dedos en ello. La mayoría no sospechábamos qué grado de compromiso comportaría aquellas palabras. Lo importante era estar allí y vivirlo. A continuación se proyectaron unos preciosos vídeos promocionales acerca de las estaciones de servicio contando sus bondades y prodigios, tras lo cual se sirvió la cena cuya calidad estuvo muy por encima de la altura del evento.

En el amplio salón abarrotado de mesas circulares nos distribuyeron a razón de 10 o 12 personas por mesa, sin separar sustancialmente los jefes de los empleados. El “Figura” ya hacía bastante rato que lo había perdido de vista, supongo que andaría en alguna mesa repleta de féminas. A mí me tocó compartir mantel con desconocidos compañeros, y a mi derecha había un tipo de ojos saltones con mirada hipnotizante por cuyo atuendo no tenía mucha pinta de ser un simple gasofita. Durante el evento los comensales disfrutamos de aquella experiencia cuya organización debió costar, como mínimo, lo que valen un par de camiones o tres a pedido completo.
Para cuando llegaron los postres y las copitas, los allí presentes ya habían roto el hielo, y el despotrique no tardó en aflorar. El tipo de mi derecha participaba de la charla de modo distendido pero sin aportar nada de su cosecha, meses después lo reconocí en una foto de la revista de Campsared como subdirector de no se qué departamento de Repsol.
Más tarde, cuando las camareras ya estaban quemadas de tanto servir cava y licor, la reunión se fue disolviendo para continuar la juerga por los bares aledaños al hotel. En uno de esos bares musicales me encontré al “Figura” sujetando el gin tonic en compañía de varias azafatas de congreso. “Promotor” lo que se dice “Promotor” no se si lo era, pero lo del “Cambio” lo niego rotundamente, porque el colega no había 'cambiado' nada en absoluto.

(En el próximo capítulo sigue la fiesta)